De acuerdo con Rafael del Moral (2009), el pueblo celta atribuyó un poder mágico a la escritura pues confundían texto y realidade. Para evitar la "libre y desatada" vida de las palavras, siempre expuestas a la intemperie del tempo y de las cosas, los celtas prescindieron de escribirlas porque les producía pavor. Casi podemos ver aquel dibujo de uma tira de Asterix: "las palabras salen de la boca de un druida al oído de otro druida".
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